Lo complejo del tema no es solo por la cuestión ambiental; también puede verse como se favorecen negociados, evitando las mínimas reglas de transparencia.
En primer lugar, nadie se enteró que a lo largo del año se licitaron 5 balnearios. En vez de darle amplia publicidad, con publicaciones permanentes en los medios locales, para que todo vecino de La Costa pueda participar, el Ejecutivo Municipal se limitó a cumplir con la mínima obligación legal de publicación de edictos, claramente ocultando el proceso licitatorio.
A la vez, fijar el valor del Pliego en 50 mil pesos es claramente una forma de desalentar la participación de oferentes, diciendo en forma encubierta "esta licitación tiene dueño". En lugar de fijar un valor accesible, que posibilite a cualquier comerciante de la zona presentarse a ofertar, se estipulan precios muy altos para que nadie se arriesgue a presentarse.
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