Por Roberto Novoa.
Cada conflicto
social, cada crisis, tienen una solución política; el problema es encontrarla.
Venezuela sangra,
su democracia está gravemente herida, los venezolanos lo saben, unos ganan las
calles y protestan, otros, gatillan las armas que les proveyó el estado y
lastiman la carne, pero no pueden apagar el espíritu cívico de una sociedad que
se niega a ser esclava del dictador.